Attilio
Bertolucci
Recuerdo de infancia
Recuerdo de infancia
Acacias de mi infancia
con esas hojas frescas que suenan en la boca.
Caminamos por el cauce sin agua
del Cinghio, alguna rama nos acaricia el rostro
ardiente, y apartando la rama fastidiosa
y dulce, con un gesto de inconsciente venganza,
la despojamos de un manojo de hojas.
Elegimos alguna y suavemente
la ponemos encima de los labios,
y así nos alejamos
haciéndola sonar y caminando,
olvidados de nuestros compañeros.
Pasan libélulas, se escuchan trilladoras lejanas,
vivimos como en un cálido sueño.
Cuando ya no se oye cantar a las cigarras,
y las primeras sombras y el silencio
al caer de la tarde nos rodean,
de pronto, irrefrenable, un frenesí
se adueña de las piernas
y corremos, corremos hasta que nos quedamos sin
aliento,
bajo la fresca noche, miedosos y felices.
Attilio
Bertolucci
[Versión de P. A.
Córdoba, 24-VII-24]
*
Ricordo
di fanciullezza
Le gaggie della mia
fanciullezza
dalle fresche foglie che
suonano in bocca.
Si cammina per il Cinghio
asciutto,
qualche ramo più lungo ci
accarezza
la faccia fervida, e allora,
scostando
il ramo dolce e fastidioso,
per inconscia vendetta
si spoglia di una manata di
tenere foglie.
Se ne sceglie una, si pone
lieve
sulle labbra e si suona
camminando,
dimentichi dei compagni.
Passano libellule, s'odono
trebbiatrici lontane,
si vive come in un caldo
sogno.
Quando più la cicala non s'ode
cantare,
e le prime ombre e il silenzio
della sera ci colgono,
quasi all'improvviso, una
smania prende le gambe
e si corre sino a perdere
fiato,
nella fresca sera, paurosi e
felici.
Attilio
Bertolucci
[De “Fuochi in novembre”
(1932-1934),
en La capanna indiana, Sansoni, Firenze, 1951]
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