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miércoles, 7 de junio de 2023

 

Giuseppe Ungaretti

 

En memoria

 

 

Plaque 5 rue des Carmes, Paris


 

En memoria

Locvizza el 30 de septiembre de 1916

 

Se llamaba

Moammed Sceab

 

Descendiente

de emires de nómadas

suicida

porque ya no tenía

Patria

 

Amó a Francia

y cambió nombre

 

Fue Marcel

pero no era francés

y ya no sabía

vivir

bajo la tienda de los suyos

donde se oye la cantinela

del Corán

saboreando un café

 

Y no sabía

liberar

el canto

de su abandono

 

Lo acompañé

junto con la patrona del hotel

donde vivíamos

en París

en el número 5 de la rue des Carmes

callejón mustio en bajada

 

Reposa

en el camposanto de Ivry

suburbio que parece

siempre

en un día

de una

desvencijada feria

 

Y tal vez sólo yo

sé todavía

que vivió

 

Giuseppe Ungaretti

 

[Versión de P. A.

Córdoba, 06-VI-23]

 

*

 

In memoria

Locvizza il 30 settembre 1916

 

Si chiamava

Moammed Sceab

 

Discendente

di emiri di nomadi

suicida

perché non aveva più

Patria

Amò la Francia

e mutò nome

 

Fu Marcel

ma non era Francese

e non sapeva più

vivere

nella tenda dei suoi

dove si ascolta la cantilena

del Corano

gustando un caffè

 

E non sapeva

sciogliere

il canto

del suo abbandono

 

L’ho accompagnato

insieme alla padrona dell’albergo

dove abitavamo

a Parigi

dal numero 5 della rue des Carmes

appassito vicolo in discesa.

 

Riposa

nel camposanto d’Ivry

sobborgo che pare

sempre

in una giornata

di una

decomposta fiera

 

E forse io solo

so ancora

che visse

 

Giuseppe Ungaretti

 

[De "L'Allegria" (1919),

en: Vita d'un uomo. Tutte le poesie,

Mondadori, “I Meridiani”, Milano, 1986]


miércoles, 22 de marzo de 2023

 

Giuseppe Ungaretti

 

Hermanos

 



 

 

Hermanos

Mariano, el 15 de julio de 1916

 

¿Cuál es su regimiento

hermanos?

 

Palabra temblorosa

en la noche

 

Hoja apenas nacida

 

En el aire convulso

involuntaria rebelión

del hombre frente a su

fragilidad

 

Hermanos

 

Giuseppe Ungaretti

 

[Versión de P. A.

Córdoba, 22-III-23]

 

*

 

Fratelli

Mariano il 15 luglio 1916

 

Di che reggimento siete

fratelli?

 

Parola tremante

nella norte

 

Foglia appena nata

 

Nell'aria spasimante

involontaria rivolta

dell'uomo presente alla sua

fragilità

 

Fratelli

 

Giuseppe Ungaretti

 

[De "L'Allegria" (1919),

en: Vita d'un uomo. Tutte le poesie,

Mondadori, “I Meridiani”, Milano, 1986]


sábado, 18 de marzo de 2023

 

Giuseppe Ungaretti

 

Te desvelará

 

 

Berthe Morisot, Ante el espejo

 

Te desvelará

 

Hermoso instante, vuelve junto a mí.

 

Háblame, juventud,

En esta hora de vértigo.

 

Recuerdo hermoso, siéntate un momento.

 

Hora de luz negra en las venas

Y de estridencias mudas en espejos,

De precipicios falsos de la sed…

 

Y desde el polvo más profundo y ciego

La edad bella promete:

 

Con dulzura de los primeros pasos,

Cuando el sol toque

La tierra de la noche

Y disuelva en frescura toda niebla,

Volviendo al cielo pálido,

Un cuerpo alegre te desvelará.

 

1931

 

Giuseppe Ungaretti

 

[Versión de P. A.

Córdoba, 18-III-23]

 

*

 

Ti svelerà

 

Bel momento, ritornami vicino.

 

Gioventù, parlami

In quest’ora voraginosa.

 

O bel ricordo, siediti un momento.

 

Ora di luce nera nelle vene

E degli stridi muti degli specchi,

Dei precipizi falsi della sete…

 

E dalla polvere più fonda e cieca

L’età bella promette:

 

Con dolcezza di primi passi, quando

Il sole avrà toccato

La terra della notte

E in freschezza sciolto ogni fumo,

Tornando impallidito al cielo

Un corpo ilare ti svelerà.

 

1931

 

Giuseppe Ungaretti

 

[De Sentimento del Tempo (1933),

en: Vita d'un uomo. Tutte le poesie,

Mondadori, “I Meridiani”, Milano, 1986]


viernes, 17 de marzo de 2023

 

Giuseppe Ungaretti

 

Calma

 

 

Giorgio Morandi, Paesaggio (1929)

 

Calma

 

La uva está madura, el campo arado,

 

El monte se separa de las nubes.

 

Sobre los polvorientos espejos del verano

Ha caído la sombra.

 

Entre los dedos vacilantes

Su resplandor es claro,

Y lejano.

 

Las golondrinas huyen

Y con ellas el último desgarro.

 

1929

 

Giuseppe Ungaretti

 

[Versión de P. A.

Córdoba, 17-III-23]

 

*

 

Quiete

 

L'uva è matura, il campo arato,

 

Si stacca il monte dalle nuvole.

 

Sui polverosi specchi dell'estate

Caduta è l'ombra.

 

Tra le dita incerte

Il loro lume è chiaro,

E lontano.

 

Colle rondini fugge

L'ultimo strazio.

 

1929

 

Giuseppe Ungaretti

 

[De Sentimento del Tempo (1933),

en: Vita d'un uomo. Tutte le poesie,

Mondadori, “I Meridiani”, Milano, 1986]


domingo, 2 de junio de 2019



Giuseppe Ungaretti

Vagabundo







Vagabundo


En ningún
lugar
de la tierra
me puedo
afincar

A cada
nuevo
clima
que llego
descubro
abatido
que
una vez
ya le estuve
habituado

Y me alejo siempre
extranjero

Naciendo
vuelto de tiempos demasiado
vividos

Gozar un solo
minuto
de vida
inicial

Busco un país
inocente


Giuseppe Ungaretti

[Versión de P. A.
Córdoba, 01-VI-19]

*

Girovago


In nessuna
parte
di terra
mi posso
accasare

A ogni
nuovo
clima
che incontro
mi trovo
languente
che
una volta
già gli ero stato
assuefatto

E me ne stacco sempre
straniero

Nascendo
tornato da epoche troppo
vissute

Godere un solo
minuto di vita
iniziale

Cerco un paese
innocente


Giuseppe Ungaretti

martes, 22 de septiembre de 2015

De la impudicia de las emociones




Un amigo me transcribe unas palabras que la Salomé de la novela Seis noches en la Acrópolis de Yorgos Seferis le dice a Estratis, el “alter ego” del poeta. Dice Salomé, memorablemente: “me parece más impúdico desnudar mis emociones que mi cuerpo.” No sé qué le habrá respondido en la novela Estratis, pero me he quedado pensando en qué le respondería yo. No es casual, me parece, que quien diga esa frase sea Salomé: en mi experiencia, quien no duda de la belleza de su cuerpo, y por lo tanto lo puede mostrar sin pudor, incluso con orgullo, no siempre tiene la misma seguridad sobre sus emociones.
Ahora bien, el problema que plantea Salomé es de ardua resolución, y una problemática importante y preocupante para quien dedica su vida a cultivar y expresar sus emociones. Un aspecto de esta cuestión es: ¿a quién le importan nuestras emociones? Sólo a nosotros mismos, cabe responder, ya que cada cual tiene las suyas. ¿Para qué expresarlas, entonces? Bueno, evidentemente, porque al expresarlas, al convertirlas en palabras, las conocemos; más aún, pareciera que sólo así toman realidad, una realidad más compleja a veces y más honda de lo que creíamos, ya que el poder asociativo del lenguaje revela dimensiones que ignorábamos, o que no sabíamos saber. Gracias a esto, en la medida en que esa realidad exceda el caso puramente personal, privado, pueden tomar importancia también para otros, en la eventualidad de que reconozcan, con suerte, sus propias emociones en ellas.
Otra dimensión del problema es el siguiente: ¿Hay un límite para esa expresión? ¿Podemos, debemos expresarlo todo? Por ejemplo: si al expresar una emoción sé que produciré dolor en alguien cercano y querido, ¿está bien de todos modos hacerlo? Algunos ejemplos. Alguien está en pareja y se enamora de otra mujer; le escribe poemas; luego, el enamoramiento pasa, y quedan los poemas, que son quizás los mejores que ha escrito, y perdura el amor a la primera mujer: ¿no es una canallada publicarlos, si sabe que le dolerán a su pareja? O bien: alguien piensa en su muerte, y piensa incluso en las bondades de procurársela por mano propia; escribe un poema sobre esas meditaciones fúnebres: ¿hará bien en publicarlas, si no cumple su propósito, o hará bien en no quemarlas antes de cumplirlo, sabiendo que de un modo o del otro traerá dolor a sus hijos, a sus padres, a sus amigos? Por último: si un narrador escribe una novela en que representa a sus seres queridos, no siempre bajo una luz favorable: ¿tiene derecho de publicarla, si sus seres queridos se reconocerán fácilmente en tales personajes ficticios, y no lo harán con gusto?
Hay algo impúdico, en efecto, en desnudar las emociones. Pero si no se desnudan las emociones, ¿de qué habla la poesía, la literatura en general? ¿Qué clase de confidencia es la que ofrece la poesía? Es cierto que arte y confesión no son lo mismo, y si la confesión no logra transfigurarse en un objeto estético, dotado por lo tanto de una cierta impersonalidad, no valdrá demasiado como pieza artística, y tal vez tampoco como confidencia, porque una confidencia artística fallida pareciera mostrar asimismo una falla “metafísica”, por así decir, en el secreto que confía. Pero un arte sin confesión, especialmente en la lírica, me parece, no nos conmueve al fin: podemos admirarlo, pero no sentimos la conmoción que nos produce comulgar con esa especie de hostia ―hay algo sagrado en toda intimidad profunda― que es el alma y el cuerpo verbal del poeta.
Ungaretti, luego de la muerte de su hijito Antonietto, escribe una serie de estrofas en las que recoge la tragedia de esa muerte, publicada en Il Dolore. No incluye, sin embargo, un poema, “Monologhetto”, en el que la emoción le parece excesivamente en carne viva. Lo hace, sin embargo, en un libro posterior, con una nota donde dice, aproximadamente (cito de memoria, porque no encuentro el libro): “Era aún egoísmo [el no publicarlas]. No se puede reservar nada de la experiencia humana, sin presunción.” Me he preguntado muchas veces qué quería decir Ungaretti con ese “sin presunción”. La única respuesta que he encontrado es aquella antigua frase de Terencio: “Homo sum, humani nihil a me alienum puto.” La presunción, me parece, podría consistir en considerarse al margen de esa humilde materia humana común.


P. S.: Escritas las divagaciones anteriores, mi amigo me ha hecho llegar el resto del diálogo entre Salomé y Estratis: “«El arte [de la poesía] es difícil ―dijo impasible Estratis― y muchos fracasan. Sin embargo, no encuentro otro modo de expresar mis emociones». El desprecio había reducido la boca de la dama a la mínima expresión: «¿Y a quién le preocupan sus insignificantes emociones? Poesía auténtica sólo puede hacerla el profeta que da al mundo una nueva fe». «Tengo la impresión de que es otra cosa ―respondió Estratis―. No obstante, creo que si alguien consigue expresar verdaderamente las emociones que le causa el mundo, ayuda a los demás a no perder la fe que seguramente llevan dentro». «Pero, ¿qué clase de emoción? ¿Cualquiera?» «Me parece que sí, que cualquiera».”