Sergio Solmi
En esta densa lente del verano
En esta densa lente del verano
En esta
densa lente del verano,
en el
alba serena que desgarran
los
largos, soñolientos y vehementes
gritos de
vendedores ambulantes
– ¡oh,
los bellos colores! Amarillo
de
pimientos, oscuras berenjenas,
verduras
que varían del más tierno
verde al
azul, rosadas zanahorias…
y
vestidos brillantes de mujeres,
y paredes
roídas y preciosas,
castaños
rebosantes, y las aguas
de plata
y de mercurio, y en lo alto
el cielo
ardiente y puro, descollante
de cirros
redondeados, ¡oh este hermoso,
compacto
mundo! Es su testigo alegre,
en el
planeta Tierra, en la ciudad
de Milán,
mientras vaga, de sí mismo
y de todo
olvidado, por las calles
calmas
que se despiertan – hoy, en día
veintisiete
de Julio de año mil
novecientos
cincuenta – un milanés.
Sergio Solmi
[Versión
de P. A.
Ranchos,
27-XII-17]
*
Entro la densa lente dell’estate
Entro la densa lente dell’estate,
nel mattino disteso che già squarciano
lunghi, assonnati e sviscerati i gridi
degli ambulanti, – oh, i bei colori! Giallo
di peperoni, oscure melanzane,
insalate svarianti dal più tenero
verde all’azzurro, rosee carote…
e vesti accese delle donne, e muri
scabri e preziosi, gonfi ippocastani,
acque d’argento e di mercurio, e in alto
il cielo caldo e puro e torreggiante
di tondi cirri, o bel compatto mondo.
Lieto ne testimonia, sul pianeta
Terra, nella città Milano, mentre
vaga, di sé dimentico e di tutto,
lungo le calme vie che si ridestano,
– oggi, addì ventisette Luglio mille
novecento cinquanta – un milanese.
Sergio Solmi
[“Tre paesaggi milanesi”,
del libro Dal balcone (1968),
en Poesie, meditazioni e
ricordi,
Adelphi, Milano, 1983]
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