jueves, 31 de diciembre de 2015


Tu nombre
  
                                                                  
 Luminosa mañana, aquí, a la sombra
de las viejas paredes y los viejos
postigos de la casa… Los reflejos
tienen algo marino, que te nombra
―talismán matinal de mi alegría,
tu nombre, siempre vuelve, infinitud
cifrada, caracola, esa quietud
irisada del mar al mediodía
que oscila como un seno adormecido,
dorado, bajo el sol, junto a la arena
y lejos, donde el agua se hace cielo:
así, de mar, remoto, a mi desvelo
diurno llega tu nombre, tu serena
luz a la noche terca en que he vivido.


P. A.

[Villa Dolores, 30/31-XII-15]



viernes, 18 de diciembre de 2015


W. H. Auden
(1907–1973)

September 1, 1939







1° de Septiembre, 1939



Sentado, aquí, en un bodegón
De la Cincuenta y dos
Inseguro, aterrado, mientras caen
Las más astutas esperanzas
De una década baja y deshonesta:
Un oleaje de ira y de terror
Recorre las soleadas
Y las oscuras tierras del planeta,
Obsesionando nuestras existencias privadas;
El olor innombrable de la muerte
Llega, ofende esta noche de septiembre.


*


Una meticulosa erudición
Puede exhumar toda la ofensa
Desde Lutero hasta el presente
Que llevó a una cultura a la demencia
Y descubrir qué fue que sucedió
En Linz, qué imago ingente
Fabricó un dios psicópata:
El público ya sabe, como yo,
Lo que los niños de la escuela aprenden,
Que a todo aquél a quien se le hace un mal
Hará a su vez el mal.


*


Exiliado, Tucídides ya supo
Cuanto puede decirnos un discurso
Sobre la Democracia,
Y aquello que hace todo dictador,
Las necias y seniles peroratas
Ante una tumba apática;
Todo fue analizado ya en su libro,
Ahuyentada la luz de la razón,
El dolor en costumbre convertido,
El mal gobierno, el sufrimiento:
Todo, otra vez, debemos padecerlo.


*


En este aire neutral
Donde los ciegos rascacielos usan
Toda su altura para proclamar
La energía del Hombre Colectivo,
Cada lengua compite en derramar
Su vana excusa:
Pero quién de verdad puede vivir
Por mucho tiempo en un ensueño eufórico;
Desde el espejo miran
Fijamente la cara del Imperio
Y el rostro universal de la ignominia.


*


Las caras a lo largo de la barra
Se aferran a su resto de jornada:
Nunca deben las luces apagarse,
Siempre debe la música sonar,
Se confabulan todos los modales
Para lograr que este fortín adopte
Un moblaje de hogar;
Para no ver que estamos en verdad
Perdidos entre espectros en un bosque,
Niños que tienen miedo de la noche
Y nunca fueron buenos ni felices.


*


Tanta basura militante al viento
Que Importantes Personas vociferan
Es menos burda que nuestros deseos:
Lo que Nijinsky sobre Diaghilev
Escribió, enloquecido, alguna vez,
Es verdad para todo corazón;
Pues el error que anida ya en el hueso
Del hombre y la mujer
Anhela lo que no puede tener,
No ya el amor universal, sino
Ser el único y solo que es querido.


*


Desde la oscuridad conservadora
Hacia la vida ética, los densos
Viajeros suburbanos se trasladan,
Repitiendo su voto matinal:
“Yo quiero serle fiel a mi mujer,
Tengo que progresar en mi trabajo”,
E ineptos gobernantes se despiertan
Para volver al juego obligatorio:
¿Quién puede ahora liberarlos,
Quién puede hacerse oír por quien es sordo,
Quién puede hablar también por quien es mudo?



*


Todo lo que yo tengo es una voz
Para bregar con el engaño oculto,
La mentira romántica en la mente
Sensual del hombre de la calle
Y la mentira de la Autoridad
Cuyas torres el cielo manosean:
No existe eso que llaman el Estado
Y nadie existe a solas:
No hay elección posible para el hambre
Del ciudadano o de la policía:
Hay que amarse uno al otro o perecer.


*


Indefenso debajo de la noche
Yace azorado nuestro mundo;
Dispersos, sin embargo, aquí y allá
Puntos irónicos de luz
Se encienden donde sea que los Justos
Envían sus mensajes entre sí:
Que pueda también yo, al igual que ellos
Compuesto de Eros y de polvo,
Sitiado por la misma negación
Y desesperación,
Alumbrar una llama afirmativa.


W. H. Auden


Versión de P. A.

[Villa Dolores Córdoba,
Segunda mitad de noviembre, 2014]



*



September 1, 1939



I sit in one of the dives
On Fifty-second Street
Uncertain and afraid
As the clever hopes expire
Of a low dishonest decade:
Waves of anger and fear
Circulate over the bright
And darkened lands of the earth,
Obsessing our private lives;
The unmentionable odour of death
Offends the September night.


*


Accurate scholarship can
Unearth the whole offence
From Luther until now
That has driven a culture mad,
Find what occurred at Linz,
What huge imago made
A psychopathic god:
I and the public know
What all schoolchildren learn,
Those to whom evil is done
Do evil in return.


*


Exiled Thucydides knew
All that a speech can say
About Democracy,
And what dictators do,
The elderly rubbish they talk
To an apathetic grave;
Analysed all in his book,
The enlightenment driven away,
The habit-forming pain,
Mismanagement and grief:
We must suffer them all again.


*


Into this neutral air
Where blind skyscrapers use
Their full height to proclaim
The strength of Collective Man,
Each language pours its vain
Competitive excuse:
But who can live for long
In an euphoric dream;
Out of the mirror they stare,
Imperialism’s face
And the international wrong.


*

Faces along the bar
Cling to their average day:
The lights must never go out,
The music must always play,
All the conventions conspire
To make this fort assume
The furniture of home;
Lest we should see where we are,
Lost in a haunted wood,
Children afraid of the night
Who have never been happy or good.


*



The windiest militant trash
Important Persons shout
Is not so crude as our wish:
What mad Nijinsky wrote
About Diaghilev
Is true of the normal heart;
For the error bred in the bone
Of each woman and each man
Craves what it cannot have,
Not universal love
But to be loved alone.


*


From the conservative dark
Into the ethical life
The dense commuters come,
Repeating their morning vow;
“I will be true to the wife,
I’ll concentrate more on my work,"
And helpless governors wake
To resume their compulsory game:
Who can release them now,
Who can reach the deaf,
Who can speak for the dumb?


*


All I have is a voice
To undo the folded lie,
The romantic lie in the brain
Of the sensual man-in-the-street
And the lie of Authority
Whose buildings grope the sky:
There is no such thing as the State
And no one exists alone;
Hunger allows no choice
To the citizen or the police;
We must love one another or die.


*


Defenceless under the night
Our world in stupor lies;
Yet, dotted everywhere,
Ironic points of light
Flash out wherever the Just
Exchange their messages:
May I, composed like them
Of Eros and of dust,
Beleaguered by the same
Negation and despair,
Show an affirming flame.


W. H. Auden