Attilio
Bertolucci
El tiempo se consume
El tiempo se consume
Entré en el gran gentío misceláneo
de la misa del mediodía, en busca
de vos, que estabas ahí desde el inicio,
mi niño diligente, alma pura
famélica de Dios, y con inquieto
ojo he escrutado entre los bancos
inútilmente.
Pero desde una tela humilde me venía
al encuentro de mi ansia el aprendiz
de carpintero, de tu edad, Jesús,
a confortarme, mientras alrededor, el lánguido
tono del sacerdote desde lejos
se confundía con la agitación terrena
de chicas y de chicos apartados
del bello sol del domingo.
Así, de pronto, en un rincón cercano
a la puerta, te he divisado, quieto
y solitario, me has visto, te has
acercado tímidamente, he besado
tu cabello, hijo mío reencontrado
en este tiempo doloroso que por mí y por vos
y por todos nosotros de pena se consume.
Attilio
Bertolucci
[Versión de P. A.
Córdoba, 31-VII-24]
*
Il tempo
si consuma
Sono entrato nella gran folla
mista
della messa di mezzogiorno, in
cerca
di te, ch’eri là dall’inizio,
bambino diligente, anima pura
affamata di Dio, e con
inquieto
occhio ho scrutato fra i
banchi
inutilmente.
Ma da una tela umile veniva
incontro alla mia ansia il
garzone
di falegname, Gesù, della tua
età,
a rincuorarmi, mentre intorno,
al fioco
accento del sacerdote lontano
si mescolava l’agitazione
terrena
delle ragazze e dei ragazzi
tenuti
lontani dal bel sole di
domenica.
Così, d’improvviso, in un
angolo vicino
alla porta, t’ho ritrovato,
quieto
e solo, m’hai visto, ti sei
accostato timidamente, ho
baciato
i tuoi capelli, figlio
ritrovato
nel tempo doloroso che per me
e te
e tutti noi con pena si
consuma.
Attilio
Bertolucci
[Viaggio
d'inverno, Garzanti, Milano, 1971]