TERRAZA FRENTE A LA CAÑADA
Aquí, frente a tus ojos, el paisaje
dilecto de tus días: la ciudad
dormida, en un domingo a la mañana,
el sol y el cielo azul entre el follaje
verde y negro de hollín, la claridad
dispersa por los vidrios, telaraña
donde el recuerdo trama otra maraña
de sombra y luz, temblorosa verdad
para la mente en busca de un anclaje
en la vida. ¿Qué hacer? ¿Cómo existir?
Bajo el muro de piedra va el reguero
silencioso del agua, poca cosa
que sin embargo alegra en su fluir
fiel: irisado, espejeante sendero
donde el tiempo parece que reposa…
Tal vez un día tanta dolorosa
carga de pérdida y zozobra, un mero
arroyito se vuelva, un transcurrir
sereno hacia la nada prodigiosa.
P. A.
Córdoba, 26-VII-2009
Leo un par de veces, Pablo amigo, el poema: trato de no apurarme (mala costumbre de flojo lector de blogs), dejo que tus versos me digan más.
ResponderEliminarMuy lindo. (También: la incertidumbre, y ese irse como que a otra dimensión, la de no serlo todo nosotros, uno.) Me trae a Baldomero, de algún modo, o no sé quién: ese "Tal vez..." final. Quizá sólo esté empezando a reconocer tu propio, definido estilo.
Lindísimo trabajo (¿es un trabajo?, ¿es una especie de juego o gracia que el idioma nos concede?) de rimas. ¡Qué lindo!: dos versos, más o menos distanciados, con acento en séptima. ¿Se llamaban "endecasílabos de gaita gallega"? Pero ese ritmo, que no hay que repetir demasiado -me digo-, acá, de muy lindo aparecer.
Abrazo desde un mediodía mateado.
Gracias, amigo, por tu lectura detenida y minuciosa. Así da gusto ser leído (¿era Nietzsche el que pedía "lectores lentos"?).
ResponderEliminarMe alegra, especialmente, que hayas reparado en los dos endecasílabos de gaita gallega y que no te hayan molestado. Sí, todo un poema en ese ritmo suena a marcha triunfal, como en el poema de Darío (él buscaba que resonara así, por cierto), pero a mí me gusta por ahí sentir esa disonancia que crea en el curso más armónico de los demás tipos de endecasílabo (algo parecido me ocurre con el endecasílabo de acentuación en 4ª y 10ª). También me alegra que las rimas, que varían el esquema habitual del terceto dantesco, te hayan sonado bien.
En fin, gracias. Abrazo desde una medianoche pautada por las bocanadas de humo y los sorbos de gin.
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ResponderEliminarDebo confesarme no tan letrado en cuestiones de metrica, no tengo un doctorado en letras sino una maestria en finanzas, pero comparto tu amor por la literatura y debo decir que me gusta la forma como has tomado un hecho comun (una vista del amancer) para convertirlo en una reflexion trascendental.
ResponderEliminarMuchas gracias, Gabriel, por tus palabras (y no hace falta título alguno en letras, claro, para disfrutar de la poesía). Un abrazo.
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