Richard Wilbur
EL AMOR NOS CONVOCA
A LAS COSAS DE ESTE MUNDO
El amor nos convoca a las cosas de este mundo
Los ojos que
se abren a un grito de poleas,
Y reanimada
por el sueño, el alma atónita
Pende un
instante apenas, simple e incorpórea
Como ese
falso amanecer. Por fuera
De la
ventana abierta, el aire
Matinal está
todo inundado de ángeles.
Algunos usan
sábanas, algunos llevan blusas,
Algunos van
en bata: lo cierto es que allí están.
Ahora ellos
se elevan juntos en calmas olas
De
sentimiento alciónico, llenando los atuendos
Con su honda
alegría de aliento impersonal;
Ahora en su
mismo sitio vuelan
Con la
velocidad terrible de lo ubicuo,
Se mueven y
se quedan
Como agua blanca;
y se hunden en abrupta quietud
Como si
nadie ya estuviera ahí.
Vacila el
alma
Ante aquello
que está por recordar,
Ante el
rapto puntual de otro día bendito,
Y clama:
“Oh, que no
haya en la tierra sino ropa lavada,
Sino manos
rosadas en la bruma que asciende,
Y estas
diáfanas danzas a la vista del cielo.”
Pero
mientras el sol, con cálida mirada,
Reconoce las
formas y colores del mundo,
El alma una
vez más desciende en acre amor
A aceptar
ese cuerpo que despierta, diciendo
Ya con
diversa voz, mientras bosteza y se levanta
[el hombre:
“Que los
bajen de sus rojos patíbulos;
Que haya
límpidos linos
Para cubrir
la espalda a los ladrones;
Que acudan
los amantes frescos y dulces a sus lechos
Y que las
monjas más robustas vayan
En pura
flotación de hábitos negros
Manteniendo
un difícil equilibrio.”
Richard Wilbur
(Versión de
P. A. / Córdoba, 2013)
*
Love calls
us to the things of this world
The eyes open to a cry of pulleys,
And spirited from sleep, the
astounded soul
Hangs for a moment bodiless and
simple
As false dawn.
Outside the open window
The morning air is all awash with
angels.
Some are in bed-sheets, some are in
blouses,
Some are in smocks: but truly there
they are.
Now they are rising together in calm
swells
Of halcyon feeling, filling whatever
they wear
With the deep joy of their
impersonal breathing;
Now they are flying in place,
conveying
The terrible speed of their
omnipresence, moving
And staying like white water; and
now of a sudden
They swoon down into so rapt a quiet
That nobody seems to be there.
The soul shrinks
From all that is about to remember,
From the punctual rape of every
blessed day,
And cries,
``Oh, let there be nothing on earth
but laundry,
Nothing but rosy hands in the rising
steam
And clear dances done in the sight
of heaven.''
Yet, as the sun acknowledges
With a warm look the world's hunks and
colors,
The soul descends once more in
bitter love
To accept the waking body, saying
now
In a changed voice as the man yawns
and rises,
``Bring them down from their ruddy
gallows;
Let there be clean linen for the
backs of thieves;
Let lovers go fresh and sweet to be
undone,
And the heaviest nuns walk in a pure
floating
Of dark habits,
keeping their difficult balance.''
Richard
Wilbur
Gracias, Pablo, por las traducciones que nos ofreces en este blog. Es un placer leerlas y una ocasión excelente para aprender siempre algo en cada una de ellas.
ResponderEliminarUn saludo
Pedro Pérez
Gracias a vos, Pedro, por tomarte el trabajo de hacerme saber que te gusta y te interesa lo que aquí lees, que me da ánimo para seguir arrojando estas piedritas al río. Un abrazo.
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