jueves, 1 de agosto de 2024

 

Attilio Bertolucci

 

El tiempo se consume

 

 


 

El tiempo se consume

 

Entré en el gran gentío misceláneo

de la misa del mediodía, en busca

de vos, que estabas ahí desde el inicio,

mi niño diligente, alma pura

famélica de Dios, y con inquieto

ojo he escrutado entre los bancos

inútilmente.

Pero desde una tela humilde me venía

al encuentro de mi ansia el aprendiz

de carpintero, de tu edad, Jesús,

a confortarme, mientras alrededor, el lánguido

tono del sacerdote desde lejos

se confundía con la agitación terrena

de chicas y de chicos apartados

del bello sol del domingo.

Así, de pronto, en un rincón cercano

a la puerta, te he divisado, quieto

y solitario, me has visto, te has

acercado tímidamente, he besado

tu cabello, hijo mío reencontrado

en este tiempo doloroso que por mí y por vos

y por todos nosotros de pena se consume.

 

Attilio Bertolucci

 

[Versión de P. A.

Córdoba, 31-VII-24]

 

*

 

Il tempo si consuma

 

Sono entrato nella gran folla mista

della messa di mezzogiorno, in cerca

di te, ch’eri là dall’inizio,

bambino diligente, anima pura

affamata di Dio, e con inquieto

occhio ho scrutato fra i banchi

inutilmente.

Ma da una tela umile veniva

incontro alla mia ansia il garzone

di falegname, Gesù, della tua età,

a rincuorarmi, mentre intorno, al fioco

accento del sacerdote lontano

si mescolava l’agitazione terrena

delle ragazze e dei ragazzi tenuti

lontani dal bel sole di domenica.

Così, d’improvviso, in un angolo vicino

alla porta, t’ho ritrovato, quieto

e solo, m’hai visto, ti sei

accostato timidamente, ho baciato

i tuoi capelli, figlio ritrovato

nel tempo doloroso che per me e te

e tutti noi con pena si consuma.

 

Attilio Bertolucci

 

[Viaggio d'inverno, Garzanti, Milano, 1971]


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