martes, 18 de febrero de 2020



Umberto Saba

Mediodía de invierno





Mediodía de invierno

En esa hora en que era al fin feliz
(Dios me perdone la palabra grande
y tremenda), ¿quién casi llevó al llanto
mi breve dicha? Me dirán: "Alguna
bella mujer que por allí pasaba
y te sonrió". No, en cambio, ha sido un globo,
un pequeño, turquesa globo errante
en el azul del aire, en este cielo
natal, hoy como nunca, un claro y frío
mediodía de invierno, luminoso.
Cielo de ciertas nubecitas blancas,
y vidrios de las casas con destellos
de sol, y el humo tenue de una o dos chimeneas,
y en lo alto de las cosas, las divinas
cosas, el globo aquel que de la mano
incauta del pequeño había huido
(él lloraba en el medio del gentío
ese dolor, su gran dolor), ahí
entre el Palacio de la Bolsa y el café
en donde estoy sentado, y tras los vidrios
yo observaba con ojos relucientes
subir y descender todo su bien.

Umberto Saba

[Versión de P.A.
Córdoba, 18-II-20]

*

Mezzogiorno d'inverno

In quel momento ch'ero già felice
(Dio mi perdoni la parola grande
e tremenda) chi quasi al pianto spinse
mia breve gioia? Voi direte: “Certa
bella creatura che di là passava,
e ti sorrise”. Un palloncino invece,
un turchino vagante palloncino
nell'azzurro dell'aria, ed il nativo
cielo non mai come nel chiaro e freddo
mezzogiorno d'inverno risplendente.
Cielo con qualche nuvoletta bianca,
e i vetri delle case al sol fiammanti,
e il fumo tenue d'uno due camini,
e su tutte le cose, le divine
cose, quel globo dalla mano incauta
d'un fanciullo sfuggito (egli piangeva
certo in mezzo alla folla il suo dolore,
il suo grande dolore) tra il Palazzo
della Borsa e il Caffé dove seduto
oltre i vetri ammiravo io con lucenti
occhi or salire or scendere il suo bene.

Umberto Saba

[De Cose leggere e vaganti, 1921]


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