El ángel justiciero
Lenta, muy lentamente vamos dando forma, con todas nuestras frustraciones, con todas nuestras ilusiones, a los ángeles justicieros que un día, el día menos pensado, el día o la noche en que sueñe la razón, en un abrir y cerrar de ojos se convertirán en nuestros ángeles exterminadores. La historia moderna está sembrada de sus víctimas, pero pareciera inútil todo recuerdo, toda advertencia: ni Laocoonte ni Casandra pudieron salvar a Troya.
P.A.
Córdoba, 6-XII-11
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